sábado, 1 de mayo de 2010

Gitana

Después de un largo periodo de duelo, me siento bien. No sé si es momento de una bisagra, o de un nuevo comienzo, pero estoy segura de que las cosas no suceden por nada. Son frases completamente trilladas. Hay que aferrarse a quiénes nos hacen bien, hay que agarrar esos lindos sentimientos que nos ayudan a salir de la oscuridad.
Yo soy gitana, porque no tengo lugar más que el que yo decido. Soy gitana porque mis sentimientos se deben acomodar al lugar en el que esté. Sin embargo, nunca dejo de ser yo. Soy así, me tomas o me dejas.


miércoles, 7 de abril de 2010

Tristeza infinita

Muchas veces quise ponerme a escribir sin suerte. Muchas otras tuve ganas de tener tiempo, y tampoco pude. Hace instantes, mientras me encontraba revolviendo basura por internet, me acordé de mi blog y la nostalgia me trajo al redactor.
Este año que empezó mal, sigue recordándome en abril que el 2010 está hecho a los tropezones. La verdad es esta: se fue. Sin aviso y con una sola razon que se repite dia a dia para justificar su decisión. Y aunque me diga que me puso señales luminosas, yo nos las vi. Perdón, pero estaba tratando de no tener miedo de que me dejen de nuevo, hasta que me dejó y se unió a mi lista de temores. Y me quedé amando, me quedé sola con todo el dolor, el presente y el pasado.
Hubo que remontar, salir para salir, y lo hice. Pero en algún momento el dolor vuelve, y de mi nunca se fue.
Cuando el se va, se va para siempre. No hay tu tía respecto a su decisión. No hay recuerdos, no hay pasado, y por supuesto tampoco hay futuro. Las relaciones se convierten en una ruleta rusa, se tira del gatillo hasta que sale la bala y lo que haya pasado, ya no importa. Tan así será que es capaz de pasarse meses llorando con tal de no dar el brazo a torcer. Se inventa situaciones y exagera el pasado para convencerse. Mientras de este lado una sigue preguntándose si de verdad era necesario tanto dolor. Su orgullo me lastima.
Ya pasó el momento de esconder fotos, de llorar en cada rincón, de guardar recuerdos, de eliminar sueños compartidos. Ya pasó, pero no pasó nada.
Nunca comprenderé estas situaciones. Mientras tanto sigo en duelo, porque como dije, una se queda pensando qué pasó mientras el otro se convence a fuerza de alcohol que fue la decisión correcta. Todxs sabemos que no es así, el tiempo pasa.
Si estoy ausente, es porque estoy convenciéndome de que el camino sigue.

viernes, 19 de marzo de 2010

Abortos

Contratapa de hoy del diario Crítica de la Argentina. Hay mucho más por decir que lo que verdaderamente se dice. Hay historias que están tan cerca que no se ven. La realidad es ésta ¿Qué van a hacer con eso?



Por Martín Caparrós

Son como niños. Clarinito dijo no no no no quiero no quiero y siguió imaginando que si él no lo decía eso no iba a existir. O, mejor: que, aunque ya lo hubiera dicho, si dejaba de decirlo desaparecería. Y Nacionita lo agarró de la mano y le dijo no no no yo tampoco quiero, e imaginó lo mismo. Después se fueron a dar una vuelta por el barrio: se les había ocurrido vender limonada en la puerta del jardín, y que si le ponían mucha agua iban a ganar más y, ya que estaban, empezaron a hablar mal de la maestra jardinera: maestra caca culo pis, maestra putiquina tontonera botoxa caradú, maestra puaj más puaj. Y al final se fueron tan contentos, convencidos de que, con su silencio, habían borrado aquel asunto que los preocupaba.

Pero los niños son, además de perversos malvaditos, un poco torpes todavía: Nito y Nita dejaron muchos rastros, chorreaban por todos los costados. Y entonces algunos chicos de la salita rosa pudimos ver los esfuerzos que hacían para que nadie se enterara de que allá afuera, en el mundo, los grandes hablaban del aborto.

El aborto es un tema que irrita a mucha gente –y, más que nada, a gente con sotana: si los obispos parieran, el aborto sería sacramento, decía una amiga mía. Los mismos que soportan muy bien que haya chicos que se mueran de hambre o se maten de paco o agonicen de sida con tal de que no usen forros, no toleran que una mujer decida interrumpir un embarazo –porque es, dicen, un asesinato. La discusión entre morales podría llevar horas y no llevaría a ningún acuerdo. Pero más allá de las posturas que cada quien defienda, hay una realidad: más de mil mujeres abortan cada día en la Argentina y la gran mayoría lo hace en condiciones muy precarias –sin médico, sin asepsia, sin ninguna garantía. Por eso cada día se muere una mujer por un aborto mal hecho, y por eso –entre otras razones– hay mucha gente que pide que se legalice: porque hay pocos ejemplos más brutales de la desigualdad social. Una argentina de clase media o alta puede hacerse un aborto privado y clandestino con riesgos muy mínimos; una argentina de clase baja que decide abortar arriesga su vida. Legalizarlo e incluirlo en los programas de salud pública es la única forma de reparar esa injusticia. Y sería, incluso, útil para el sistema sanitario: cada día, casi doscientas mujeres llegan a hospitales públicos para paliar las consecuencias de un aborto mal hecho –y ocupan recursos que se podrían usar en otras cosas.

Pero los políticos argentinos temen pelearse con la iglesia romana, y nuestra presidenta mujer y progresista dijo cada vez que pudo que estaba en contra del aborto y, en cuanto asumió, echó al non sancto Ginés; enseguida su primera ministra de Salud, mujer y progresista Ocaña, dijo que el aborto era “un tema de política criminal, no materia de mi ministerio”. Es pura hipocresía: si realmente están en contra del aborto, deberían perseguirlo en todos los casos: castigar, por ejemplo, a los médicos que lo practican en consultorios coquetos de los barrios finos. Pero si no lo hacen, el Estado debe garantizar que todas las mujeres tengan las mismas chances.

Este martes, 250 organizaciones sociales y 35 diputadas y diputados presentaron de nuevo en el Congreso el proyecto de ley por un aborto legal, seguro y gratuito, bajo la consigna ya clásica: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Pero algo había pasado: hace tres años, cuando las mismas empecinadas militantes presentaron un proyecto semejante, el apoyo fue mucho menor. “Este año parecía que ninguno se quería quedar afuera”, me dijo una de ellas, “y siguen sumándose”. Esa suma ya era un hecho político en sí mismo, una noticia: que se juntaran legisladores del Frente por la Victoria y la Coalición Cívica, el socialismo y el Peronismo Federal, el Proyecto Sur y la UCR, el Nuevo Encuentro y el GEN –y ninguno del PRO, válgame Dios– para compartir una mesa y una idea es un hecho raro en la política argentina, que merece ser contado, analizado. Pero nuestros grandes medios no lo tienen muy claro –o, quién sabe, tienen claro cuestiones más oscuras.

Porque Nito y Nita se enfurruñaron y pensaron que, una vez más, si no lo decían no iba a existir –y pusieron manos a la obra. Nita es más astuta: el proyecto de aborto legal no aparecía en las páginas visibles de lanacion.com pero, si uno buscaba mucho, al final lo encontraba. Lo mismo pasaba en su edición de papel: la noticia, mezclada con una más vieja para sacarle fuerza –“Aborto y matrimonio gay, en el Congreso”– estaba en la última página de Información General, después de “La increíble muerte del hijo de Grimau”, “Un preso por el crimen de Mar del Plata” y “Confirman la absolución de un acusado de violar a una joven” –temas, sin duda, mucho más importantes. La noticia no sólo estaba escondida: juntar un proyecto de ley presentado por 35 congresistas con los crímenes del día es una opinión tácita y contundente. Pero el método fue casi versallesco al lado de lo que hizo Nito.

Que desapareció la noticia de sus ediciones. El martes a las 17.34, clarin. com publicó una información bajo la placa de último momento: “Reflotan en el Congreso un proyecto de ley para legalizar el aborto”, decía el título y, más abajo, “La iniciativa, impulsada por 33 diputados, plantea que toda mujer tiene derecho a interrumpir el embarazo durante las primeras doce semanas de gestación o, fuera de ese período, en casos de violación, riesgo de vida o malformaciones fetales graves”. Después venía una larga nota, llena de detalles (http://www.clarin.com/diario/2010/03/16/um/m-02160714.htm). Al día siguiente, la noticia ya no estaba en la web ni en el papel.

Por ahora –por fortuna– la prensa por internet sufre menos controles que las otras: un periodista consigue una información, la redacta y la manda a un editor que la cuelga apurado en la red, porque hay que salir antes que los demás. En un diario de papel, en cambio, hay tiempo para cabildeos y consultas, y cada página pasa por varias miradas antes de ir a la imprenta. Este miércoles, en la edición de Clarín, donde la información del parlamento –DNUs, Marcó del Pont, impuesto al cheque– era central, no había una palabra sobre el tema del aborto legal. Un medio tiene derecho a elegir qué considera noticia. Lo curioso es que Clarín primero consideró que esto lo era, y después se arrepintió. Tan interesante les había parecido al principio que, el mismo martes, le dedicaron su encuesta online del día. A alguien se le debía haber ocurrido averiguar qué pensaban sus lectores; la idea era buena, y el tema convocó bastante más que lo habitual: hacia las siete de la tarde ya había 7226 personas (76,1 %) que estaban “de acuerdo con que el Congreso discutiera el aborto”; otras 2373 (23,9 %) pensaban que no. A veces, la sociedad argentina es un poco menos reaccionaria que sus líderes.

Hasta que a algún jefe de Clarín se le debe haber ocurrido que eso que sus lectores decían no terminaba de gustarle, y lo borró del mapa: el miércoles a la mañana quise chequear cómo seguía la encuesta y me sorprendió no encontrarla en la home de clarin.com. Abrí, entonces, la ventana donde se guardan todas las encuestas anteriores: la encuesta sobre el aborto había desaparecido. Cualquiera puede ver que existió: no hay manera de abrirla desde ninguna página, pero si uno tiene la dirección original todavía la encuentra en http://www.servicios.clarin.com/encuestas/votar.jsp?encId=9239 –porque, en la web, como en los buenos thrillers, siempre queda algún rastro. Después, cualquiera puede entrar en la ventana Encuestas Anteriores –que muestra todas las que hicieron en los últimos meses– y ver que la encuesta del martes 16 sobre el aborto que acaba de mirar era un espejismo: allí, entre la del lunes 15 –“¿Alguna vez se encontró personalmente con alguien que conoció en la web?”– y la del miércoles 17 –“¿A qué equipo ver mejor parado para el Superclásico del domingo?”– no hay nada, nada de nada, el vacío más perfecto. O sea: que Clarín se censuró a sí mismo. En la mejor tradición estalinista, borraron de la foto lo que no les gustaba: las miles de personas que les habían dicho que estaban por el debate no existían. ¡Personas, quién dijo personas? ¿Debate, quién dijo debate? ¿Aborto, quién dijo aborto? No, aborto no, no hay, no existe, si alguien dijo que existe estaba equivocado. ¿Que fui yo el que lo dije? Pero no, señorita, estará confundida.

Son como niños; nosotros, sus juguetes. Es levemente aterrador u, ojalá, solamente patético.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La mirada de los otros

En una reunión de trabajo en la que hoy me tocó estar, recordé que muchas de las acciones que realizamos a diario pueden estar conectadas con las de alguien completamente diferente, ser extremadamente distintas, y sin embargo llegar al corazón de una misma forma.

Cuando caminamos por las calles de nuestra ciudad, sobre todo si es gigante como Buenos Aires, nos cruzamos con miles de personas desconocidas. Cada una, sin embargo, tiene una historia que contar, una anécdota graciosa, una pérdida, un enojo, un gesto solidario y por lo menos dos egoístas. No vemos cada historia, porque de hecho es imposible escuchar cada relato, la vida no alcanzaría para recolectar y administrar tanta información. Pero se trata de observar, con eso alcanza ¿Alguna vez se sentaron en el banco de una plaza a contemplar a la gente que transita por ahí? Si lo hicieron, sabrán a qué me refiero. Se trata de observar, mirar minuciosamente cada detalle. Para quien no maneja esta herramienta con virtuosismo es difícil seleccionar la información, pero se hace más llevadero con la práctica ¿Qué caracteriza a esta persona? Su forma de hablar, de caminar, la ropa, los colores, el peinado, pero por sobre todo, la mirada. Dos minúsculos reflejos que nos dicen todo, incluso más que todo lo demás.

Las miradas perdidas, atentas, empantanadas de miedo, sobrepasadas de alegría, húmedas al límite del llanto, volátiles y soñadoras, colmadas de ternura, enmariposadas de amor. Todas ellas esconden historias. Mi vocación me enseña día a día que saber observar es lo más valioso, justamente por el hecho de que hay historias para contar en todos lados, lo importante es saber usar el tamiz de información. Yo elijo contar mi historia, y elijo qué contar y qué no. Quienes me conocen saben que de mi vida hay mucho más que decir, que lo que aquí escribo. Seguramente habrá alguien dispuesto a escuchar mi historia, y estoy muy segura de que no será en vano.

lunes, 8 de marzo de 2010

Domingo por San Telmo









martes, 23 de febrero de 2010

Tiramisú de Pomelo

Estaba mirando videos de Joaquín Sabina, sí, hoy es un día de reflexión, y cuando llegué a este, noté que en el minuto 1.05 en una de las paredes parece decir "Pame". Casi como un llamado, una premonición, me habían hecho escuchar esta canción cuando se estrenó y festejé mi último cumple con tiramisú.
Seguramente dice otra cosa, pero no logro ver qué. Mientras tanto me conformo con pensar que me dedicaron esta canción.


Vida rosa, sueños binarios, cuerpo irreal



Desde su primer prototipo -en el que representó un cuestionable modelo de adolescente- hasta la actualidad, la muñeca Barbie ha sido la inspiración de millones de mujeres y niñas alrededor del mundo. Sin embargo, este juguete genera reacciones opuestas: por un lado están quienes la consideran una influencia negativa por el estereotipo que representa y por sus proporciones corporales irreales, y por otro quienes ven en sus versiones un avance respecto al papel de la mujer en el ámbito profesional.

Publicado en
Urban@s en Red

Mientras el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, critica a mansalva el uso de la Play Station y la Barbie por considerarlos “una cosa que envenena la mente de los niños”, la muñeca sigue liderando el ranking mundial en su especie. Se venden dos Barbies por segundo en alguna de los más de 150 países donde se comercializa.

Desde su lanzamiento en 1959 hasta el momento, cuenta con 125 versiones que van desde hobbies hasta profesiones. La última elegida, que será lanzada en los próximos meses, es la “Barbie Ingeniera en Informática”, una carrera generalmente pensada para varones.
Mattel, la empresa fabricante, destacó en un comunicado que ha adoptado un nuevo método para seleccionar las nuevas profesiones de Barbie: sometió a consulta abierta a sus seguidores en Twitter y Facebook. Este nuevo procedimiento deja al descubierto las necesidades de miles de mujeres que buscan la igualdad en todos los ámbitos.
“Barbie Ingeniera en Informática le mostrará a las niñas que las mujeres pueden convertir las ideas en realidad y tener un impacto positivo en la vida cotidiana de la gente”, destaca Nora Lin, de la Sociedad de Mujeres Ingenieras de Estados Unidos (Society Of Women Engineers – SWE) en un comunicado de prensa. El objetivo es que las futuras generaciones de mujeres exploren aún más el mundo de las nuevas tecnologías, espacio ocupado generalmente por hombres, y se conviertan en lideresas.
Claudia Mauri, que lleva adelante la campaña “La discriminación no es un juego” sobre juguetes sexistas, destaca empero que “se trata de un tibio avance, que más se parece a un artificio publicista”. Y cuestiona, entre otras cosas, las proporciones irreales de la muñeca respecto a una mujer real. Tal es así que recién en el año 2000 se le incorporó el ombligo…
Algunas críticas sugieren que el cuerpo de Barbie carece de la masa grasa necesaria para menstruar y concebir. También que estas proporciones irreales, largo cuello, grandes pechos, alta estatura y estrecha cintura, no las pueden asemejar ni las modelos, ni se conseguirían con cirugía estética.
Lo más grave es que esta inquietud y el deseo por ser delgadas, se ha extendido a edades tempranas, en donde muchas niñas (a partir de los 6 años), que deberían preocuparse más por jugar, se preocupan por su figura, siendo éste un fuerte factor que conlleva más tarde al desarrollo de bulimia y/o anorexia. En investigaciones realizadas en la Universidad Flinders, se encontró que la mayoría de las niñas entre 6 y 7 años, expresan su deseo de ser flacas y ya conocen lo que significa una “dieta”, lo que puede poner en grave riesgo su salud, ya que indican que están dispuestas a seguirlas con tal de no engordar.
“Estas figuras ultradelgadas provocan que las niñas ya no estén tan satisfechas con su propio cuerpo”, señala otro estudio de la Universidad de Sussex.
Protesta a la mexicana
Una de las protestas más originales contra lo que Barbie representa, tuvo como escenario la Alameda Central del Distrito Federal de México, donde el año pasado, con el apoyo del Departamento de Difusión Cultural de la Universidad Nacional de México, el Museo Universitario y el Antimuseo, se presentó la muestra “Barbie Alterada”.
Una serie de muñecas mutiladas, crucificadas sobre una escoba, con sobrepeso, enjauladas, vomitando (foto), congeladas dentro de un bloque de hielo y hasta vestidas de tehuanas, fueron algunas de las obras exhibidas, llamando la atención de decenas de transeúntes.
La exposición estuvo instalada sobre una especie de carrito, proyecto de origen español promovido por Antimuseo, un centro portátil de arte contemporáneo cuyo objetivo es sacar de las cuatro paredes una exposición y volverla móvil, para tomar las calles con el arte. Las muñecas, invitaban a reflexionar “y convertir al público en un sujeto más pensativo en busca de su identidad”, según la organización.
También la crítica pretendía replantear temas como el sobrecargo de trabajo femenino, la violencia de género y el crecimiento de los feminicidios.
Eternamente joven… y rosa
Sin embargo esta muñeca eternamente joven, es un estereotipo de mujer que todavía hoy se mantiene: un cuerpo completamente estilizado, un marido modelo, hijos, la casa, el auto, la estabilidad financiera y emocional. Pero ese paquete está lejos de parecerse a la realidad. “Además, en Europa ha surgido una campaña contra la rosificación, es decir el empleo del color rosa para identificar a las niñas, por ser un color que representa la debilidad, el amor romántico y la extrema sensibilidad”, agrega Mauri.
El tono “rosa chicle” se relaciona inmediatamente con una Barbie, ya que es usado en cada producto de su línea. La Barbie Ingeniera en Informática no escapa a esa “rosa realidad”, agregando a su atuendo anteojos, vestimenta y accesorios de ese color.
Pese a todo, todavía la muñeca Barbie representa esa vida en apariencia perfecta e inalcanzable. Es la pesadilla de millones de adolescentes que soñaron ser como ella de chicas. Hoy se encuentra en el mercado un enorme abanico de productos de la línea, que van desde los juguetes, vestimenta, accesorios, hasta productos informáticos, que son consumidos por al menos tres generaciones de mujeres.